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¿Es buena la carne de cerdo para los niños?

Si para cualquier adulto la dieta juega un papel clave en la salud, para los niños una dieta saludable es aún más esencial. La ingesta de nutrientes, grasas saludables, vitaminas y minerales procedentes de alimentos frescos y naturales es una de las mejores vías para una vida sana, ¡y aún más si está en crecimiento! Por eso sí, la carne de cerdo es un alimento perfecto para niños.

Hace un tiempo te contábamos cómo incluir la carne de cerdo en la dieta infantil. Hoy, aprovechamos el Día Mundial del Niño para contarte un poco más sobre los beneficios de una de las carnes que constituyen un pilar esencial en la dieta de la mayoría de hogares españoles: la carne de cerdo.

Carne de cerdo para niños

¿Qué alimentación necesita un niño en crecimiento?

Durante toda nuestra vida pero en especial en las etapas de crecimiento, el ser humano necesita obtener mucha energía de los alimentos, así como numerosos nutrientes que le ayuden a desarrollar y fortalecer el sistema inmunológico. El cerebro está todavía en desarrollo y tiene sus propias necesidades, que son muy distintas y mucho más exigentes que las de un adulto. Por eso es importante que los alimentos que ingieran los más pequeños les aporten todos los elementos necesarios para poder llevar correctamente ese desarrollo.

Una dieta equilibrada basada en productos frescos como carnes, verduras, frutas e hidratos de carbono, todos ellos productos protagonistas de nuestra dieta mediterránea, ayudarán al niño, al joven y al adulto a mantener su organismo fuerte.

Carne de cerdo para bebés, ¿cuándo introducirlo?

Carne de cerdo para bebés

A partir de los 6 meses de edad los bebés comienzan la denominada alimentación complementaria, que consiste en introducir nuevos alimentos en la alimentación del bebé, de manera complementaria a la leche materna o leche de fórmula. Esta introducción de alimentos se hace de manera progresiva para que los bebés vayan acostumbrándose a digerir nuevos ingredientes. En esos primeros meses de alimentación complementaria, la introducción de la carne en la dieta puede ayudar a aportar dosis extra de hierro, un mineral en el que la leche materna y artificial son muy pobres. 

En la introducción de las carnes los pediatras recomiendan comenzar por carnes más magras e introducir las carnes más grasas algo más adelante. En este caso, el cerdo de capa blanca presenta una clara ventaja ya que su gran variedad de cortes permite elegir piezas muy magras, como el solomillo o el lomo, a las que además es muy sencillo retirar las pequeñas secciones de grasa. Además, gracias a su textura y su gran sabor, los niños suelen aceptar muy bien este nuevo alimento en sus dietas.

Así, en hamburguesas muy tiernas o en purés, la carne de cerdo se convierte en un aporte esencial de proteína y energía para los bebés en su primer año. 

Una vez superado este primer año de vida, los niños pasan a necesitar un mayor aporte proteico y energético diario, así como un mayor porcentaje de grasas en sus dietas, por lo que la carne de cerdo en todos sus cortes, tanto de capa blanca como ibérico, se mantiene como un aliado de una dieta sana y equilibrada, a la altura de sus necesidades.